Por: Pedro Pisonero
Presidente de la Red Iberoamericana de Sistemas de Garantías (REGAR)
En la década que llevo acudiendo a los foros iberoamericanos de la Red REGAR he aprendido mucho más de lo que he podido aportar. Lo digo humildemente. Y lo afirmo también lleno de agradecimiento porque en estos encuentros anuales, como el celebrado a finales del pasado mes de septiembre en Valladolid, la generosidad es uno de los triggers que hacen avanzar con paso firme a nuestra red.
La cita española, que coincidió con la presidencia de Iberaval en REGAR, sirvió para poner encima de la mesa una realidad: la del trabajador por cuenta propia quedecide emprender y requiere de apoyos externos para activar una palanca cada vezmás necesaria. Lo es, o así lo creo yo, porque en un mundo interconectado y digitalemprender se ha convertido en algo casi obligatorio. Emprender para posteriormente buscar alianzas. Es un mundo digital, lo vimos, por ejemplo, con las constantes referencias a la inteligencia artificial, que ha venido para quedarse, pero que aún tiene mucho camino que recorrer. Y es interconectado, porque compartimos, cada vez más, unos puntos de vista generales, en un contexto en el que ciertas circunstancias ya tienen impacto general, no sólo en la región donde
suceden los hechos.
Medio millar de inscritos
Hasta Valladolid se acercaron más de 500 asistentes -cerramos el registro dos días antes con 520 personas interesadas en acudir al Centro Cultural Miguel Delibes-, y a todas las enseñanzas obtenidas en torno a la importancia del emprendimiento como motor de crecimiento, o al papel de las garantías en América, Asia o Europa, añadimos certezas como el avance de la economía verde o la importancia de tomar las riendas de nuestra vida para vivirla con entusiasmo. De estas últimas cuestiones nos hablaron Juan de Antonio, fundador de Cabify, y el orador Víctor Küppers, el conferenciante más cotizado, en estos momentos, en España.
Arquitectos de las nuevas empresas
Quedó claro, cómo no, que los emprendedores son los arquitectos de nuevas empresas, generadores de empleo e inyectores de ideas frescas e innovadoras en el mercado. Sin embargo, también se enfrentan a desafíos, nada sencillos de resolver, para los que un buen compañero de viaje pueden ser los sistemas de garantías.
Estos, de hecho, constituyen una pieza fundamental en el ecosistema empresarial. Su principal objetivo es asegurar que los emprendedores tengan acceso a la financiación necesaria para iniciar y escalar sus empresas. Funcionan como una forma de mitigar el riesgo para los inversores y prestamistas. Si bien, estos sistemas, a su vez, no están exentos de desafíos.
Uno de los principales obstáculos ante los que se sitúan los sistemas de garantías tiene que ver con que suelen estar diseñados para empresas en marcha, pero en menor medida dar servicio al que emprende, al que tiene una idea disruptiva. A la start-up. Esto puede constituir una barrera para los emprendedores que intentan acceder a ellos. Además, estos sistemas a menudo requieren garantías que los
emprendedores, especialmente los que están comenzando, no pueden proporcionar.
Lo abordamos en el foro, como muchas otras cuestiones. El público del mismo, por cierto, fue especialmente heterogéneo. Algo que ya preveíamos, dada la diversidad de patrocinadores y colaboradores con que contamos -Junta de Castilla y León, Cajas Rurales de Castilla y León, Tierra de Sabor, Ayuntamiento y Diputación de Valladolid, Aquavall, Bodega Hermanos de Alberto, Alimentos de Valladolid, las Universidades Pontificia de Salamanca y USAL, Cabify, Jamones Aljomar…-
El Foro, como cada año, reunió a expertos y profesionales del sector para debatir sobre los desafíos a los que nos enfrentamos, que seguirán ahí en 2024. Para este año que ya encaramos parece crucial trabajar en la mejora y adaptación de estos sistemas de garantías para que sean más accesibles a los emprendedores.
Esto no solo facilitaría el acceso a la financiación, sino que también serviría para apoyar la innovación y el autoempleo como elementos claves para el crecimiento económico y el desarrollo. Solo así se podrá asegurar que el emprendimiento continúe siendo una fuerza motora de la economía y la innovación.
Por otra parte, uno de los principales retos de los sistemas de garantías es la adaptación a los rápidos cambios tecnológicos y regulatorios. Esta adaptación no solo implica estar al día con dispositivos o software, sino también comprender cómo pueden afectar los sistemas de garantías existentes y cómo se pueden aprovechar para mejorarlos.
Además, la regulación es un factor que está en constante evolución. Las leyes cambian, aunque siguen yendo a rebufo de los avances sociales y tecnológicos, lo que puede suponer un desafío para los sistemas de garantías que deben cumplir con estas nuevas normativas. Cómo no, la gestión cobra especial relevancia en un momento convulso como el actual -así lo vive la sociedad en general-, dado que a la producción se suman múltiples aristas que hay que evaluar y dirigir de una manera solvente, con la mira puesta en el avance empresarial.
Garantizar la transparencia y la protección de los datos de los consumidores supone otro enorme desafío a encarar. Los sistemas de garantías manejan una gran cantidad de información sensible, por lo que deben tener mecanismos robustos para proteger estos datos. Asimismo, deben ser transparentes en cuanto a cómo utilizan y protegen esta información, para generar confianza entre los consumidores.
Esta es la era del cambio constante, para otros un cambio de era. Y, como no puede ser de otra manera, los sistemas de garantía, la red REGAR, debe estar ahí para ser parte activa y protagonista a la hora de ganar el futuro y ayudar a nuestros territorios a progresar.